¡Llegué al medio de la vida, cansada
de tanto caminar! ¡Ya me perdí!
De un extraño país que nunca vi
estoy en el mundo inmenso exiliada.
¡Tengo tanto aprendido y no sé nada,
las torres de marfil que construí
en trágica locura destruí
por mis propias manos de desdichada!
¡Si yo siempre fui así, este Mar muerto:
Mar sin mares, sin olas y sin puerto
donde las velas del sueño se fueron!
Carabelas doradas a bailar…
Ay, ¡quién me diera las que yo eché al Mar!
¡Las que lancé a la vida y no volvieron!
(De Livro de "Sóror Saudade", 1923)
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