Este sol que menstrua no se quiere poner.
Mira la loca roja como rehúye
la sábana de montaña que le arropa.
Otro día exagerado. Otro
día que se te muere creyendo que su color
no regresará nunca más, no regresará
como la sangre que se pudre. Seca la luz,
arroja algodones de nubes, lávate, vuélvete,
bebe el más diáfano gin de luna y mar.