Biblioteca de una gozosa villa,
desde donde el lector ve la cercana ciudad,
si entre tus poemas más sagrados
hubiera un lugar para mi lasciva Talía,
permite colocar en el estante más bajo
estos siete libros que te he enviado
corregidos por el cálamo del autor:
estos borrones aumentan su precio.
Pero tú, delicada, que por mi pequeño obsequio
serás famosa, conocida en el mundo entero,
vigila esta prueba de mi corazón,
¡oh biblioteca de Julio Marcial!
(De Epigrammaton libri, Liber VII, 17)