miércoles, 30 de julio de 2025

VARIACIONES DE MI NOMBRE, de XUAN BELLO

 


Tú,

que podrías ser Joâo Velho

en la claridad azul de Sintra.

Allá adelante, distante y amigo,

presientes a tu señor El-Rey,

Don Sebastián.

 

Tú,

que andas en una tierra remota

y te llaman Jean Vieilh.

Rememoras aquellos días

tan tristes de Auvernia

mientras escuchas por primera vez

-inmensa y rara-

la voz del dios del río:

Mississipi.

 

 Tú,

John Oldman,

bucanero en Tortuga:

el mismo Henry Morgan

ha de disparar por ti.

 

 Tú,

que debes ser Juan el Viejo

allá en las tierras de Soria:

afuera labran los bueyes

el centeno del Faidor.

 

 Y tú,

qué extraño,

llamarte Xuan Bello

y estar aquí, en Oviedo,

vertiendo visiones oscuras

al asturiano claro.

Saber que tu patria

siempre queda ahí:

allí donde tú no estás.


(De Los nomes de la tierra, 1991)

miércoles, 23 de julio de 2025

EL LIBRO DE LAS HORAS, de MIGUEL TORGA

 


Aquí, delante de mí,

Yo, pecador, me confieso

De ser así como soy.

Me confieso lo bueno y lo malo

Que va al timón de la nave

En esta deriva en que marcho.

 

Me confieso

Poseído

De virtudes teologales

Que son tres,

Y de pecados mortales,

Que son siete,

Cuando la tierra no repite

Que son más.

 

Me confieso

El dueño de mis horas.

O de las cuchilladas ciegas y rabiosas,

Y de las ternuras lúcidas y mansas,

Y de ser de cualquier modo

Andanzas

Del mismo todo.

 

Me confieso ser charco

Y luna de charco, la amalgama.

Ser la cuerda del arco

Que lanza las saetas hacia arriba

Y por debajo de mi alzada.

 

Me confieso ser todo

Lo que pueda nacer en mí.

De tener raíces en el suelo

De mi propia condición.

Me confieso de Abel y de Caín.

 

Me confieso ser hombre.

Ser un ángel caído

Del cielo que Dios gobierna;

Ser un monstruo salido

Del hueco más hondo de la caverna.

 

Me confieso ser yo.

¡Yo, tal cual vengo

Para decir que soy yo

Aquí, delante de mí!


( De O Outro Livro de Job, 1936)




EL INFINITO, de GIACOMO LEOPARDI

  Siempre me fue querida esta yerma colina, Y este seto, que gran parte Del último horizonte excluye a la mirada. Pero sentado y miran...