Corren turbias las aguas de este río,
que las del cielo y el monte han enturbiado;
los campos florecidos se han secado,
intratable se hizo el valle, y frío.
Pasó el Verano, y el ardiente Estío,
unas cosas por otras han cambiado:
los Hados desleales ya han dejado
del mundo su gobierno, o desvarío.
Tiene el tiempo la orden bien sabida.
El mundo no: pero anda tan confuso
que parece que Dios a él le ignora.
Casos, juicios, naturaleza y uso
hacen que parezca que en esta vida
no hay más que apariencia a toda hora.
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