Será un cielo claro.
Se abrirán las calles
sobre una colina de pinos y piedra.
El alboroto de las calles
no agitará el aire detenido.
Las flores rociadas
de colores en la fuente
coquetearán como mujeres
divertidas. Las escaleras
las terrazas las golondrinas
cantarán al sol.
Se abrirá aquella calle,
las piedras cantarán,
el corazón latirá sobresaltado
como el agua en las fuentes —
será esta la voz
que subirá tu escalera.
Las ventanas sabrán
el olor de la piedra y del aire
de la mañana. Se abrirá una puerta.
El alboroto de la calle
será el alboroto del corazón
en la luz turbada.
(De Verrà la morte e avrà i tuoi occhi , 1951)
