Medio siglo por el mundo
va camina que camina,
por escabroso sendero
junto al río de la vida.
Las veo ir y venir
las olas que van rodando,
las que vienen traen flores
y alguna hoja marchita,
pero las olas que van
todas se llevan ruinas.
¿De las que vienen a mí,
cual vendrá a por las mías?
Una barca por el río
va de una orilla a otra orilla,
se parece a un segador
la barquera que la guía.
Quien se deja embarcar, nunca
vuelve a su tierra nativa
y despierta en otro mundo
después que ha sido dormida.
Barquerita del buen Dios
no pongas mi cara triste,
si bien vienes a por mí,
y embárcame a toda prisa;
se me hace largo el destierro
llévame ya a la otra orilla,
que mis ojos tienen sueño
y el caminar me fatiga.
(De Al cel, 1903)
No hay comentarios:
Publicar un comentario