viernes, 17 de mayo de 2024

ÁRBOL, de EUGÉNIO DE ANDRADE

 


Árbol, árbol. Un día seré árbol.

Con la maternal complicidad del verano.

Que palomas torcaces

anuncian.

 

Un día abandonaré las manos

a la arcilla aún caliente del silencio,

subiré por el cielo,

a los árboles se le consienten tales cosas.

 

Habitaré entonces la mirada desnuda,

cansado del cuerpo,

ese desierto

repetido en las aguas,

mientras la niebla está sobre las hojas

que deja las manos mojadas.

 

Y la luz


(De Branco no branco, 1984)






viernes, 3 de mayo de 2024

MERS-EL-KÉBIR, de A.O. BARNABOOTH (VALERY LARBAUD)

 


Amo este pueblo, donde entre naranjos,

sin verse, dos jóvenes se dicen sus amores

con dos mandolinas infinitamente quejumbrosas.

Y amo esta posada, en cuyo patio las doncellas

cantan en la ternura de la tarde esta dulce copla

de la “Paloma”. Escuchad a la paloma que golpea sus alas…

Anhelo de mi propio pueblo, tan lejano; nostalgia

de las antípodas, de la gran avenida de volcanes inmensos;

¡oh lágrimas que surgís, lavad todos mis pecados!

Soy la paloma herida, soy los naranjos,

y soy este instante que pasa y soy la tarde africana;

mi alma y las voces unidas de las mandolinas.


(De Poèmes d'un riche amateur, 1908
)





EL INFINITO, de GIACOMO LEOPARDI

  Siempre me fue querida esta yerma colina, Y este seto, que gran parte Del último horizonte excluye a la mirada. Pero sentado y miran...