Bate sus alas cada palabra nueva
cuando busca, libre, el vuelo abierto
y huye de mí como de su nido de pájaro,
dejándome un leve temblor de rama.
(De Epigrammata, 1915)
Siempre me fue querida esta yerma colina, Y este seto, que gran parte Del último horizonte excluye a la mirada. Pero sentado y miran...
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