Allá en lo alto hay un pino combado;
está atento y escucha el abismo
con el tronco torcido cual ballesta.
Refugio de nocturnas aves,
en la hora más alta estalla
en un batir de alas veloces.
Mi corazón también tiene su nido
suspendido en lo oscuro, una voz;
también atenta, la noche.
(De Aqua e terre, 1930)
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