En esta habitación de techo tan alto
como los suspiros de las muchachas que nos quisieron
como el sol en mitad del verano
repitiéndose en un río cudaloso.
En esta casa de vivos donde vamos tan firmes
porque somos pasado que no desea arder,
periquitos de montes,
espadas con que amar.
En este rostro perplejo cuando tantas preguntas
ni siquiera son nuestras
sino los altos techos
de la casa que nos lleva, corazón del verano.
(De Xuvia revisitada, 2008)
No hay comentarios:
Publicar un comentario