domingo, 28 de agosto de 2022

AHORA QUE AÚN PUEDO SENTIRME PADRE DE MI PADRE, de VICENTE ARAGUAS




En esta habitación de techo tan alto

como los suspiros de las muchachas que nos quisieron

como el sol en mitad del verano

repitiéndose en un río cudaloso.

En esta casa de vivos donde vamos tan firmes

porque somos pasado que no desea arder,

periquitos de montes,

espadas con que amar.


En este rostro perplejo cuando tantas preguntas

ni siquiera son nuestras

sino los altos techos

de la casa que nos lleva, corazón del verano.


(De Xuvia revisitada, 2008)




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