Bancales de naranjos, huertos de hortalizas,
sendas polvorientas, setos de adelfas,
altivas palmeras, jacarandas de azul, casitas
blancas, manantiales que brotan, sombríos con parras,
granados, membrilleros, norias, acequias,
cañares danzando, fuentes que cantan...
Paraules d'amor,
senzilles i tendres...
De golpe, naves
industriales, muros
de cemento, búnkeres
fluorescentes, bloques
de apartamentos, negros
vacíos. Una mancha
de asfalto. El mar.
La tarara, sí, la tarara, no.
La tarara, mare, me la balle jo.
El mar se ha hecho de tinta.
El tiempo trovado, antiguo.
(De El temps trobat, 2013)
NOTA BENE: El título del poema de Josep Piera coincide con el que tiene el propio libro de poemas al que pertenece. Al comienzo del libro, Piera expone los dos significados que el verbo "trobar" puede tener; precisamente por ello -porque está en la propia estela del libro- he traducido "trobat" por la palabra castellana -de origen occitano- "trovado", que recoge los dos sentidos de "hallar" o "encontrar" (hoy en desuso), por un lado, y "hacer versos", por otro. Por lo tanto, el "tiempo trovado" sería no solo el tiempo encontrado, sino también el tiempo hecho canto poético.
El poema también recoge dos fragmentos de canciones catalanas: una de Joan Manuel Serrat ("Palabras de amor,/ sencillas y tiernas...") y la segunda, una canción popular ("La tarara, sí, la tarara, no./ La tarara, madre, me la bailo yo").