En la segunda parte de la Divina Comedia, en el Canto XXI, Dante y Virgilio se encuentran en el Purgatorio, en el "quinto girone". Allí una sombra se dirige a ellos, se presenta y muestra su elogio al poeta Virgilio sin saber que lo tiene delante. Dante lo descubre y Estacio cae rendido a sus pies. El fragmento termina con unos versos que T.S. Eliot incluyó en la dedicatoria de su obra Prufrock and Other Observations: "For Jean Verdenal, 1889-1915, mort aux Dardanelles
Or puoi la quantitate
Comprender dell' amor ch'a te mi scalda,
Quando dismento nostra vanitate,
Trattando l'ombre come cosa salda."
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“Estacio aún me llama allí la gente;
canté sobre Tebas y después sobre el gran Aquiles
pero sucumbí con el segundo cometido.
De mi ardor fueron semilla las chispas,
que me enardecieron, de la divina llama
donde más de mil prendieron;
hablo de la Eneida, que madre mía
fue y fue mi nodriza en la poesía:
sin ella no valdría yo el peso de un dracma”.
[…]
“Este que guía en altura mis ojos
es aquel Virgilio al que tú trataste
con fortaleza al cantar a los hombres y los dioses.
Si otra razón creíste dar a mi risa,
déjala por errónea, y créela ser
muestra de las palabras que de él dijiste”.
Ya se inclinaba a abrazar los pies
de mi maestro, cuando dijo: “Hermano,
no lo hagas, pues solo eres sombra y a una sombra ves”.
Y levantándose dijo: “Ahora puedes comprender
cuánto amor a ti me enardece,
cuando olvido nuestra vana condición,
tratando a una sombra como materia firme”.